sábado, 23 de febrero de 2008

VIII.- EDUCANDO EL AMOR EN LA FAMILIA

LAS RELACIONES


Las relaciones es el tema por excelencia que a todos nos interesa, es la asignatura pendiente, es el asunto en el que el ego se proyecta con más claridad.
En los últimos años las relaciones de pareja y las relaciones familiares se han deteriorado mucho, parece que cuanto más empeño se pone en querer que funcionen las cosas van peor. Parece también que con nuestra familia que tendríamos que tener mejor relación y estar más en paz, es con la que más situaciones de conflicto se dan.

Muchas relaciones entre padres e hijos están en lucha continua a ver quien puede más, lo mismo se da en muchas parejas a ver quien manda en la relación (luchas de poder), e incluso en las situaciones laborales. Los egos personales luchan sin parar y parece (por lo que esta sucediendo) que el objetivo oculto de muchas relaciones es hacernos daño. Incluso aparece la violencia cuando el nivel de resentimiento, de culpa y de rencor en las relaciones se hace inaguantable. Esto empieza a preocuparnos a todos, en general, aunque parezca que nadie quiere hablar de este asunto.

Todos estamos a la defensiva y a muchas personas les da miedo comunicarse, aparece el miedo a la traición, miedo a las relaciones. En pareja se tiene miedo, con los hijos se tiene miedo, con los compañeros se tiene miedo, y esto hace que las relaciones sean muy superficiales o lo justo para funcionar.

Por lo que sabemos del funcionamiento del ego, muchas relaciones se basan en el cuerpo, especialmente las relaciones de pareja, decimos que amamos al otro mientras el otro haga lo que nos gusta, o lo que queremos que haga, pero en cuanto no es así vienen los juicios, las criticas, los ataques y entonces decimos que el otro no nos quiere, empiezan las tensiones (luchas de poder de pareja), y un sin fin de pensamientos de culpa, de rencor en nuestras mentes privadas.



De igual manera, se establecen las relaciones con los hijos cuando sus egos van creciendo y se van identificando con objetos materiales o emocionales, empiezan las primeras discusiones y luchas de poder entre padres e hijos (muchas veces por distintos valores que cada uno le da a las cosas ), se establece la lucha a ver quien tiene razón, a ver quien sabe más, o ver quien manda aquí. Cuando se desarrollan este tipo de relaciones, la pregunta seria ¿Qué prefieres tener paz o tener razón?. Normalmente se elige tener razón, entonces se pierde la paz en la relación familiar , y los egos se adueñan de las mentes en lucha por tener razón, aparecen los juicios las criticas los ataques, los sentimientos de culpa , las situaciones se hacen repetitivas cada ciertos días y se empiezan a ver las relaciones como difíciles, pues empezamos a no entendernos con los que decimos que queremos y la convivencia se hace difícil.
La tendencia es escapar. En el caso de las parejas, buscar otra nueva o nuevas relaciones.

El caso es que, en general, las relaciones se vuelven a repetir y entonces creemos que son los demás los que están mal, o que no te puedes fiar de nadie (pues el ego siempre ve el problema fuera de nosotros). Sin embargo, se sabe que las relaciones son los espejos de cómo esta cada uno por dentro, algo así como un boomerang.

Todo en la vida son relaciones. La vida en sí es una relación. La relación que tenemos con nosotros mismos la aprendimos en nuestra familia, y si no aprendimos a relacionarnos bien con nosotros mismos ahora nos cuesta con los otros, sino te gustabas, sino te amabas, si te criticabas o te criticaron, o si te juzgabas mucho, o te culpabas por todo, esta es la identificación emocional que lleva el ego en tu mente, eso será lo que ahora harás con tus relaciones. Es decir, la forma en la que aprendimos a relacionarnos con nuestros padres ahora será la forma (inconscientemente) que aplicaremos a todas nuestras relaciones, tanto si fueron buenas como si fueron malas. A veces hasta decimos las mismas palabras que nos dijeron a nosotros.


Podríamos decir que somos el efecto de una causa, aunque pensamos que no es así, que el pasado no tiene nada que ver. Sin embargo, solemos repetir y recrear el pasado sobretodo emocionalmente. La cantidad de dolor y sufrimiento que hay en las relaciones nos esta indicando que algo falla en nuestra manera de ver el mundo, la vida y las relaciones. Hay personas que atacan al mundo, a la vida, a la sociedad por el daño que ellos creen que se les hizo en el pasado.

Tal vez no hayamos observado bien. Cuando los hijos tienen un hábito que no nos gusta o que nos irrita, ¿donde lo ha aprendido?, ¿quien se lo enseño?, ¿que vio u oyó en casa?, ¿de donde proviene?. Habría que ver, cuidadosamente, si no es el reflejo de algún rol o hábito del padre o de la madre. Si fuera así, para cambiarlo en los hijos, convendría cambiar esa pauta en los padres primero, no aceptar esto es posponer la situación hasta que se agrave más.

En las constelaciones familiares se observa que muchos hijos que no se llevan bien con sus madres o les tienen rencor, después lo proyectan contra sus novias y futuras esposas. Lo mismo pasa con las hijas que guardan rencor o rabias a los padres, después proyectan este mismo rencor o rabia contra sus parejas como si fuera una venganza contra los padres. No se da en todos los casos, pero sí en gran cantidad de relaciones, como nos confirma Bert Hellinger.

Situaciones parecidas suelen suceder en las relaciones con arquetipos de autoridad: padre, maestro, jefe, la relación a menudo se repite. Es como si nuestro ego recreará la misma situación emocional pero con distintos personajes.

En reuniones familiares (bodas, bautizos, fiestas) afloran a nuestras mentes viejos rencores del pasado contra algún miembro de nuestra familia (suegra, cuñada, hermano …) por lo que creemos que nos hizo, o porque no nos gusta como piensa o como habla. En nuestras mentes privadas no los aceptamos, los rechazamos y nuestra relación con ellos es de separación. Preferimos estar con los niños pequeños de la familia, hablar con ellos, estar cerca de ellos. Hay una gran atracción hacia los niños, su mirada nos indica que no nos juzgan y tienen paz, es con los que mejor nos relacionamos todos porque en ellos no intuimos la energía pesada de juicios o reproches.

Muchas personas prefieren estar siempre con su gato o su perro u otro tipo de mascota que saben que no les juzga, antes que con algún familiar que con su sola presencia les molesta. La compañía de los animales se ha hecho muy necesaria en los últimos tiempos.

En muchas relaciones de pareja la carga de los pensamientos de ataque, critica, juicio y lucha es tan pesada y reiterativa que algún miembro de la pareja o de la familia prefiere pasar más horas en el trabajo que en casa, con la excusa de traer más dinero para la familia. Lo mismo podríamos decir de aquellas personas que apenas hablan con sus parejas y familiares y que pasan horas y horas ante el ordenador. El ordenador no juzga, no discute. Otras situaciones más dolorosas en las relaciones se solucionan con la huida, parejas que se separan, hijos que se van de casa, empleados que cambian a menudo de trabajo etc.

Precisamente las relaciones con aquellos que decimos que amamos son las que más nos cuestan. El ego suele engañarnos, pues uno de los propósitos del ego es conservar la culpa en las relaciones, pero de forma que no nos demos cuenta de lo que esto nos ocasiona. Sabemos que uno de los engaños del ego es que te escapas de aquello que les haces a los demás, por eso muchas relaciones están basadas en la ira y dedicadas a fomentar la creencia descabellada de que cuanto más mal hables de los demás mejor eres tú.

El enamoramiento verdadero, el amor verdadero en una relación produce una sensación de paz, de felicidad y seguridad. El amor pasa por alto lo que el ego se cebaría.

Cuando hay amor en una relación, no hay juicios, ni discusiones, no se produce miedo, ni ansiedad de ninguna clase. Empiezas a reconocer que lo que das al otro es a ti mismo a quien se lo das y eres más consciente de que tus relaciones son un espejo con el que puedes observar que es lo que piensas de ti y de los demás.


OTRA FORMA DE RELACIONARSE


En los últimos años la física cuántica ha abierto un nuevo paradigma en todas las relaciones. Nos dicen que todo pensamiento tiene una vibración, todo el Universo es energía y que todos somos energía y estamos unidos (película ¿Y tu que sabes?)

El doctor Joe Dispenza en su segunda visita a Barcelona preguntó a los asistentes a su conferencia ¿Cuántos de ustedes aceptan que el entorno reacciona a su pensamiento?. Todos los allí presentes levantaron la mano. Pero no es así en la sociedad en general. Este principio esta avalado por la ciencia más cualificada, sin embargo, la mayoría de nosotros cree que puede pensar lo que quiera en su mente privada y que eso no afecta a sus relaciones. La física cuántica afirma que no hay pensamiento neutro, que todo produce una relación de causa y efecto, que nuestros pensamientos son creativos y que vemos sus efectos en nuestras experiencias en la vida.

Si lo que dicen los científicos cuánticos y otros especialistas fuera verdad nosotros seriamos los responsables de nuestras vidas, de nuestras relaciones y de todo lo que nos acontece. Por eso es tan importante enseñar a nuestros hijos a que piensen y hablen bien de si mismos y de los demás, pues supondría mejorar en su vida todo tipo de relaciones.


Antonio Giménez Andrés.

lunes, 18 de febrero de 2008

VII.- EDUCANDO EL AMOR EN LA FAMILIA



EL EGO “EL ENEMIGO INVISIBLE”



Cuatro pinceladas ……….



No se puede obviar en “OBSERVATORI DE LA CONVIVENCIA” cuatro ideas sobre un tema tan peliagudo como es hablar del Ego. En la actualidad ya hay muchos especialistas, que apuntan la idea de intentar comprender mejor los mecanismos del funcionamiento del Ego para mejorar la convivencia familiar y social.
Hay, por tanto, mucho escrito para controlar al Gran Embaucador que unido a la CULPA, al MIEDO y al ATAQUE, genera SEPARACIÓN.

No obstante se hace difícil de comprender, de explicar y de asimilar, puesto que hablamos de un “enemigo invisible”. El EGO no tiene forma, no se puede tocar, no se puede ver, y actúa de tantas y diferentes maneras en cada uno de nosotros, que no tiene cierta lógica su entendimiento. Y con estas premisas, ¿Cómo educar?, ¿Cómo se puede entender una fuerza inconsciente que habla constantemente dentro de nosotros, que parece vivir casi siempre en la más pura insatisfacción?. Que además se identifica con los objetos (materiales y mentales) y que tiene su propio sistema de pensamiento. Yo soy tal ………

Si se hubiera escondido en las profundidades del mar, lo hubiéramos encontrado, si estuviese en las montañas más altas, allí también daríamos con él, pero, se ha escondido allí donde pocas personas se atreven a buscar; dentro de nosotros.

Al Ego le gusta estudiarse a sí mismo. Su técnica favorita es “busca y no encuentres”. Siempre te dice que el problema está fuera, y que la solución esta fuera de ti.

El Ego vive a base de comparaciones. Te ofrece, y después te lo quita… Te dice que te ama y después te odia.
Hace unos días apareció en la prensa que dos jóvenes, de unos veinte años se desafiaron para hacer una carrera con sus coches en la ciudad de Vigo a las doce de la noche y produjeron muertes inocentes, y a ellos se les ha privado de libertad.
Pero ¿Cómo empezaría esta historia de egos en la mente de los jóvenes? ….. con un pensamiento …… alguien diría “mi coche corre más que el tuyo”, “yo tengo mejor coche que tu”, “y si quieres te lo demuestro” (identificación del ego con los objetos) y el otro diría “pues vamos a ver quien corre más” .. o algo parecido. Las consecuencias de querer ser más y mejor o más valiente, o tener mejor coche ya las hemos visto.

Desde hace años se explicaba el ego así “ primero yo, segundo yo, tercero yo y siempre yo”. Se apuntaba que por ahí aparecían los egos prepotentes, y que el egoísmo era uno de los males de la sociedad.

Para poder ayudar a las familias, a los chicos, a los jóvenes a controlar sus egos, que con la vida van surgiendo, y ver las identificaciones de cada uno, primero hay que tratar de identificar esta fuerza inconsciente, y hablar de este enemigo interno, vigilarlo y aprender de lo que pasa a nuestro alrededor, de las luchas de unos egos contra otros. Lo de Vigo es una buena lección para todos.

Ahora vamos aprendiendo, cada vez un poco más y vemos que el sistema de pensamiento del Ego: tiene su centro de atención en el CUERPO, se proyecta en el TIEMPO y se vale de la PERCEPCION y de la MEMORIA selectiva para recrear su propia supervivencia que se afianza en la incertidumbre y la posesión. Un ejemplo muy claro es cuando los niños empiezan a tener conciencia de su “yo”, aparecen las palabras “mi balón”, “mi coche”, “mi bicicleta” y “esto es mió”…. y así van surgiendo las identificaciones con los objetos. Lo mismo sucede con las formas de pensar en la mente. Te vas identificando con una forma de pensar y de ver lo externo, recreando situaciones mentales anteriores y futuras.

El ego tiene especial interés en controlar el TIEMPO en ti. Cuando vas conduciendo, cuando estas cocinando, cuando estas en una reunión, cuando vas de paseo, cuando estas trabajando… en cualquier lugar y situación.
El ego te trae a la memoria (mente) situaciones de tu pasado, por lo general dolorosas, algunas buenas también, y tu las vas repasando dentro de ti… “lo que te hicieron….”, “lo que sufriste….”, “lo mal que te sentiste….”, “lo que hicieron a tu familia…”, “lo que te dijo aquella persona cuando te separaste…”, o alguna cosa buena que sucedió en el pasado (bueno o malo da igual).
El objetivo del Ego es que tú no te des cuenta del MOMENTO PRESENTE. No disfrutas de ir conduciendo, de estar cocinando, no disfrutas de la reunión o del paseo, o de lo que sea que estas haciendo. No vives en el AHORA, estas dividido, tu cuerpo está pero la Mente-Ego sigue los culebrones que el Ego le dicta. El ego te tiene enredado en las historias mentales con las que te has identificado y te pierdes en el pensamiento. Es como estar poseído por una mente analítica. Es la enfermedad de esta sociedad “el estrés” del pensamiento.
Esto sucede con muchos chicos y jóvenes que van a las clases y sus cuerpos están allí y sus mentes no escuchan lo que se les dice porque sus historias interiores no las pueden parar, y sus identificaciones (muchas veces familiares) son tan fuertes que lo que se habla en las clases queda en segundo lugar y eso tiene consecuencias.

Al ego no le gusta el PRESENTE y trata de que te pase desapercibido el día tan bueno que hace, lo que sucede a tu alrededor, sentir la vida en tu cuerpo, apreciar la compañía de otras personas. Eso no le interesa al Ego, eso es Vida y él solo quiere que vuelvas a tu pasado que guarda con esmero y procura que no lo olvides. Cuanto más vueltas le des a las situaciones del pasado mejor, así se afianza en tu mente y algunos recuerdos selectivos se convierten en una obsesión. Además, como eres tú el que los piensas…. tú te los crees, nadie más les da valor pero tú sufres por ello. A veces se entrelazan varias conversaciones dentro de ti a la vez, saltando de una a otra, preguntándote y contestándote con rapidez, con el único objetivo de que no vivas el momento presente, la vida.

Aunque sabes que el pasado ya pasó y no lo puedes cambiar y sólo está en tu memoria el Ego te lo presenta constantemente. Parece como un mono que salta de rama en rama sin parar, el tiempo en manos del ego puede ser muy cruel. Y si estás constantemente en tu pasado mental ¿Qué puedes transmitir a las personas que te rodean?. Pasado.

El ego le encanta contar a los demás tu historia personal, tus logros, tus fracasos, su engaño es tenerte en el pasado mental, que no vivas en el “ahora”, el único momento que existe.

También se aprovecha de cómo opera el futuro en el mundo práctico que es necesario para funcionar en la vida normal, pero el lo aprovecha para que no te des cuenta del momento presente.

Algunas personas hablan más o menos así en la vida…...
-Cuando cambie el gobierno viviré mejor…..
-Cuando tenga un trabajo seré feliz…….
-Cuando tenga pareja mi vida será maravillosa……
-Cuando se case mi hijo viviré más tranquilo…….


Si se observa este tipo de pensamiento del Ego, muy generalizado en la sociedad, se percata uno como si las personas que así piensan y hablan (inconscientemente) estuvieran esperando que el FUTURO les diera lo que en el PRESENTE no tienen. Es decir, niegan la vida presente (que no les gusta) con la esperanza de que algún día llegará una vida mejor. Al negar la vida presente se vive mal y el futuro será igual pues el Ego se identifica con cosas nuevas o situaciones nuevas que seguirán viniendo en otro supuesto futuro y así, esa continua espera es una de las causas que haya muchas personas que no disfrutan de la vida en cada momento.

El Ego está repitiendo un círculo vicioso de pensamientos y emociones mentales asociados a él, recreando un hábito que muy poco se esfuerzan en cambiar para salir del laberinto mental y poder desarrollar una conciencia más expandida.

Todos estamos enredados en los culebrones y luchas del Ego. Existen algunas técnicas para controlar al “mono que salta de rama en rama” constantemente.

EL OBSERVADOR DEL PENSAMIENTO

Es importante convertirse en el observador de nuestro propio pensamiento. Es como estar vigilando por dentro a tu mente ego. ¿En que estoy pensando ahora? Y pillarte en tus culebrones del pasado y otras historias buenas o malas pero del pasado. Practicar como un observador que ve venir sus pensamientos y se da cuenta que esta perdiendo el presente.
Obsérvate en que piensas cuando conduces, cuando estas en el trabajo, cuando estés paseando etc.… Si te haces consciente de ello te liberaras y sentirás todo lo que haces en el presente, vivirás el momento. Cuando te des cuenta del juego del ego que solo busca pasado o futuro empiezas a centrarte más en la vida presente y empezarás a disfrutar de cada momento.

A muchas personas se les hace necesario las imágenes para tratar de entender a ese “enemigo invisible”. Algunos directores de cine han recreado al Ego en diferentes películas (EL GUERRERO PACIFICO, EL PEQUEÑO BUDA y otras) que nos pueden ayudar a desenmascarar nuestros egos y aprender a ser más conscientes y mejorar nuestras relaciones familiares y sociales.



domingo, 10 de febrero de 2008

VI .- EDUCANDO EL AMOR EN LA FAMILIA

LA CULPA EL ENEMIGO INVISIBLE


La culpa es inconsciente, es un sentimiento de auto condenación que nos hacemos, cuando nos creemos que hemos hecho algo mal, o cuando son otros quienes nos lo hacen creer. La culpa no tiene forma, no se ve y aunque la mayoría de personas cree que no siente culpa, o que no lleva culpa; si rascamos un poco en nuestra mente honestamente veremos que está.

La culpa es un sentimiento doloroso muy extendido en nuestra sociedad y que va asociado al miedo y al ataque.

La culpa se entroniza en nuestra mente y se esconde en los recovecos más profundos de la conciencia, se tapa con diferentes situaciones (velos) para no verla. Es como si dijéramos un iceberg, que solo ves la punta, porque el dolor que produce muchas veces es irresistible, ya que creer en la “realidad” de la culpa es que hemos hecho cosas mal y que la consecuencia será el castigo.

Vamos como “victimas de victimas “ de victimas…….pasándonos la culpa de generación en generación y parece que nadie se da cuenta y aunque la sociedad ha evolucionado mucho tecnológicamente y en otros aspectos, este asunto de la culpa lo oyes por todos los sitios, todos los días.


“La culpa la tiene el gobierno”
“La culpa la tiene la ministra”
“La culpa la tienen los padres”
“La culpa la tienen los profesores”

La culpa la tienen los médicos, la suegra, el árbitro, la juventud. Nos pasamos la vida en batallas que no llegan a ninguna parte.


Es tan doloroso y fuerte este enemigo que casi es el objetivo general de la sociedad (inconsciente) para maltratarnos los unos a los otros echándonos la culpa unos a otros, lo cual genera un clima de agresividad y violencia difícil de parar, puesto que nadie quiere tener la culpa.

Las personas que se sienten muy culpables suelen estar irascibles, se enfadan por todo, cualquier palabra les puede herir, están en constante tensión física y mental, parece que todo va con ellos, luchan por tener razón como si les fuera a aniquilar, en cualquier conversación están siempre a la defensiva esperando que les pase algo. Es como si la culpa atrajera más culpa, es como si la culpa necesitara alimentarse con más situaciones de lucha, es como si se sintonizara mentalmente. A veces suele suceder que personas que se sienten muy culpables reciben ataques de otros en apariencia sin haber hecho nada.

La culpa lleva, desde luego, una vibración emocional que atrae más situaciones, es un círculo vicioso que se mantiene en la oscuridad de la mente inconsciente y que el ego oculta con esmero para que no la encuentres.

Podríamos decir que la culpa tiene un historial. Desde antiguo pensadores, filósofos, hombres espirituales, psicólogos han buscado una respuesta para saber de donde venía tanto sufrimiento en la tierra.

Algunos opinan que todos los que hemos nacido en la cultura judeo-cristiana ya “nacemos culpables”.

En otras culturas antiguas de los pueblos asirios utilizaban el ritual del “pit pi” abrir la boca, eran oraciones para que sus dioses les perdonaran.
Los filósofos griegos (Aristóteles) tenían un nombre para sacar la culpa de la mente (catarsis), o limpieza mental.

Los judíos introducen en el muro de las lamentaciones sus pecados por escrito para que queden allí purificados.

En la cultura musulmana también hay muchos actos del simbolismo de la purificación, podríamos decir que todas las religiones y culturas tratan este asunto de sacar culpa.

En la etapa medieval hemos oído hablar del “chivo expiatorio” que paga por todos.



Esto nos indica que a lo largo de la historia, la culpa genera un sentimiento dentro de nosotros de ser “malos” que afecta en si a toda persona y al concepto interior de cómo soy, sin tener en cuenta el país donde has nacido o la religión a la que pertenezcas e incluso no te libras de la culpa siendo escéptico o ateo.

La culpa no puede repararse con la acción. Una vez que has aceptado la culpa te sientes culpable, por más que hagas el bien no dejas de ser malo, por lo que en el pasado hiciste…. en este mundo opera como un pago….., es decir, tienes que sufrir y aunque es inconsciente el ego te recuerda constantemente lo que hiciste…., o lo que dejaste de hacer que tenías que haber hecho.

Es como una voz que llama desde dentro recordándote las relaciones que tuviste…….,lo que hiciste con tus padres……, lo que hiciste con tus hijos…., lo que hiciste con aquella infidelidad… lo que hiciste al maltratar a aquel…

La culpa se pasea por delante de tus narices todos los días de tu vida como un círculo vicioso del que parece que en tu sistema de pensamiento no puedes escapar.

El pensamiento obsesivo y compulsivo de la culpa no es fácil de parar. Te habla así o parecido:

¿Cómo me ha podido pasar esto a mí?
¿Cómo he podido yo hacer esto?
¿Qué clase de persona soy?
¿Qué van a pensar de mí ahora?

Este sentimiento de culpa te atormenta, tanto, por lo que crees que has hecho (que tú has juzgado mal), como por cosas que has dejado de hacer. Es una voz tan insidiosa, llena de culpa y de miedo que tiene un efecto devastador en muchas personas (todos los que han pasado por una separación traumática conocen bien este sentimiento).

Estudios llevados a cabo en Alemania entre protestantes y católicos apuntaban a que la “confesión” ha debido de ser un gran alivio para los creyentes en estas situaciones de dolor, ya que una persona con autoridad les perdonaba aquello por lo que se culpabilizaban.




Con el cuerpo tenemos un poco más de cuidado de todo lo que entra por nuestra boca y va a parar al estomago, pero con la mente le echamos muchos pensamientos y situaciones negativas que recreamos sin ningún filtro.

Psicológicamente hablando, sabemos que todas las emociones negativas que metemos en nuestra mente deben ventilarse. Todo lo que se ventila se liquida y todo lo que se oculta se pudre en nuestra mente y produce efectos. Realmente lo ocultamos porque creemos que esta mal y “no vaya a ser que se enteren los demás”.

El tener personas de confianza a nuestro alrededor a los que podamos contar nuestras situaciones más dolorosas, sin regodearnos, nos ayudará a aligerar la culpa. ¿Quién no se ha desahogado alguna vez con un amigo?. “Vamos hombre, cuéntamelo todo”. Esto ayuda.

En las relaciones de pareja la culpa esta en muchas conversaciones cotidianas, es inconsciente pero es muy frecuente, no hemos aprendido a hablar a los otros sin culpabilizar. Muchas relaciones de pareja están ahí para ver que puedo sacar del otro… “te quiero si tu haces esto…” “o a cambio de que tu me des esto... lo otro”, etc. Y más que una relación es un engaño para proyectar la culpa sobre otro, el tiempo lo demuestra.

La culpa está por todas partes, solo tienes que abrir un periódico y la ves, enchufas la televisión y esta, en cualquier reunión………. Todo nuestro sistema de pensamiento esta basado en la culpa y el miedo, solo tienes que ver cualquier libro de historia.

Es tanta la necesidad de quitarnos la culpa que por los años noventa se presentó un programa de TV en Antena 3, con el titulo de “CONFESIONES”. Personas voluntarias necesitaban confesar públicamente el infierno de sus vidas y ocultándose tras una mampara contaban en la TV todo lo que creían que habían hecho por que decían que así sentían una liberación, se quitaban un peso de encima.









DOS FORMAS ERRONEAS DE QUITARSE LA CULPA

1.- Hacia afuera LA PROYECCION DE LA CULPA.
Esta técnica es muy antigua y esta generalizada en la sociedad, es un mecanismo de defensa muy pueril e inconsciente del ego que te dice que cuanto más culpa eches sobre los demás menos llevas tú.

Se da en gran número de relaciones familiares, de trabajo y en muchos casos la convivencia se hace irresistible.

2.- La culpa hacia dentro.
Muchas personas prefieren echarse la culpa o aceptarla de otros y la integran en sus mentes proyectándola contra sus cuerpos o contra su vida. El cuerpo es neutro y acepta lo que la mente le dice. Esta inconsciencia hace aparecer muchas enfermedades corporales y mentales: depresiones, cáncer, etc, y otros tipos de sabotajes en las vidas de las personas muy culpabilizadas: accidentes, ruinas, negación de trabajo, etc.
Mantienen un sentimiento de “no merecer”.

Tanto la PROYECCION hacia dentro como hacia afuera son dos formas erróneas inconscientes de cómo opera la culpa en este mundo y así no se sana la mente.
Sabemos que el tema no es fácil, pero para vivir una vida más plena y educar más en el AMOR, conviene dar algunos pasos importantes:

1.- Darnos cuenta que la CULPA es un sentimiento muy dañino para nuestra mente y para la mente de los demás, especialmente si son niños.

2.- Tener el deseo y el propósito de sanar y limpiar la mente de todo lo que le hemos echado.

3.- Perdonarse a si mismo de los errores cometidos, reconciliarse con uno mismo, ya que cada uno lo hace lo mejor que sabe con el conocimiento que tiene en ese momento.

4.- Y por último, procurar echar menos culpas sobre los demás y sobre el mundo, pues, ya hay bastante y es un viaje a ninguna parte.

Antonio Giménez Andrés